A veces es importante que sucedan accidentes u ocurrencias accidentales, ya que
son aperturas en la técnica que se esté utilizando, que corresponden a la forma de
utilizar dichas técnicas en función a las características personales o individuales.
¿Cuántas personas se permiten una desprolijidad en el trabajo de dibujo o pintura?
Pues eso es lo que hay que estimular. De esa forma, existe más autenticidad
ayudada por el mismo accidente que nos lleva a lograr una auténtica apertura
mental.

"Rain, Steam and Speed", 1844. Oleo sobre lienzo,
91 x 122 cm. Joseph William Turner.
En el siglo XIX ya había artistas muy habilidosos que utilizaban el accidente de
dichas técnicas para expresarse plásticamente, logrando imágenes increíbles con
materiales que al utilizarlos son difíciles de controlar, como la acuarela.
El acuarelista se complace en ver cómo la aguada se extiende y tiñe en el papel; lo
mismo le sucede a quien usa tintas, que también se expanden libremente; apenas
tiene tiempo para detener las oleadas de aguada, color y enviarlas en la dirección
deseada. Son técnicas en las cuales se debe mantener mucho control sobre el
material, son difíciles de utilizar, ya que no son “prolijas”. No sólo se necesita
control, basta con saber que cuando se seca pierden la mitad de su color o de su
valor.

"Procession of Boats with Distant Smoke, Venice", 1845. Oleo sobre lienzo, 90,2 x 120,6 cm. Joseph William Turner.
Quien pinta o dibuja, más allá de la imagen que representa, debe demostrar que
domina la técnica y no que la técnica lo domina a él.
Es importante saber que el material se usa de una manera individual, un
acuarelista aplica efectos de transparencias ayudado por la materia aguada.