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El desfasaje de los artistas con el gusto establecido, que algunos
autores (Hausser: ”Teorías del arte”), han medido en más o menos
un siglo para toda la época moderna, es un hecho normal en la historia
del arte...
- "Creo que ya lo han hecho antes", publicado en Punch el 27 de mayo de 1959.
La ilustración hace referencia a la influencia que ejerció Jackson Pollock
sobre la nueva generación de jovenes pintores ingleses.
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Público y Artistas
Por José Stagnaro
A menudo escuchamos con referencia a una obra de arte frases como: ”no lo
entiendo”, ”qué habrá querido decir”, ¿qué representa esto? ”, etc.; todas
expresiones de un divorcio entre público y artistas. Aunque esto es propio
de todas las manifestaciones artísticas, en las artes plásticas es común
relacionarlo con la representación, y sobre todo del espacio tal como
se concibe más o menos a partir del Renacimiento.
El importante giro ocurrido en el siglo XX significó reinterpretar una
importante herencia de la cultura occidental. Y aunque en la cultura nada
sucede sin una línea de continuidad, siempre existen rupturas que ya están
dadas para todos, sin excepción, en el seno de una sociedad determinada.
Expresionismo Abstracto, pintura de acción.
"Me parece que el pintor moderno no puede expresar su época,
el avión, la bomba atómica, la radio, mediante las viejas
formas del renacimiento o de cualquier otra cultura del pasado. Cada
generación descubre su propia técnica". Jackson Pollock, 1950.
Sólo que hay quienes interpretan, más tempranamente, en su sensibilidad y
en el manejo de recursos técnicos, todo lo que sucede, o incluso lo que
sucederá en el futuro. Este desfasaje de los artistas con el gusto establecido,
que algunos autores (Hausser: ”Teorías del arte”), han medido en más o menos
un siglo para toda la época moderna, es un hecho normal en la historia del
arte; sin embargo, el siglo XX aportó una dirección aún más radical: la
vanguardia, agredida y apartada a fines del siglo XIX por el gusto burgués,
ha tomado una revancha y ha declarado su independencia de gustos y de
públicos.
Se ha abierto a la posibilidad de experimentaciones extraordinarias, y
porqué no decirlo también, extravagantes; cuando está en juego crear
algo nuevo más que algo bueno hay riesgos evidentes. Todo esto ha resultado
ser una brecha adicional con el público medio.
Los parámetros han cambiado tanto, que la misma concepción de lo que es arte
hoy es bastante distinta de lo que era no hace muchos años. Hasta la
producción de obras, en el sentido de su forma concreta o perdurable ha
mostrado valores agregados: la fugacidad, la concepción del espacio y del
tiempo, el uso de los materiales, y hasta ciertas ideas, como las del gran
artista y luchador social vienés Hundertwasser que nos sorprende diciendo:
”conozco excelentes artistas que no han producido una obra en toda su vida”.
Todo parece sorprender, y hasta hay una intención manifiesta de sorprender,
mientras es clara la necesidad del hombre común a la seguridad y la
previsibilidad.
El arte caminó en el siglo XX, más que antes, en dirección al misterio y la
irracionalidad, como si quisiera ocupar los espacios vacíos de religión y
misticismo, que el racionalismo y el utilitarismo burgués contribuyeron a
formar.
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