En definitiva se puede ser crítico, contestatario y por cierto autocrítico
de un modo de vida que seguramente trasciende a la superficie estadounidense
en este mundillo globalizado: desde luego que Belleza Americana es la punta
del iceberg de otros títulos de impronta denunciatoria que amerita meditación
el espectador como El Informante o El Huracán o sensiblemente
Los muchachos no lloran.
Y asimismo se puede desplegar el gran espectáculo donde la tecnología, y es
algo que ocurrió en forma saturadora con Episodio 1: La Amenaza Fantasma, en
rigor se transforma en un personaje más, casi decisivo, pero sin que llegue
a devorarse - digámoslo así - la performance en esta oportunidad de los
protagonistas de The Matrix, los casos de Keanu Reeves y Lawrence
Fishburne.

Hilary Swank premio a la mejor actriz por "Los muchachos no lloran" (Boys don't cry).
Posiblemente este comportamiento o mensaje va en contra de, por ejemplo, el
decálogo del Dogma que postuló el autor Lars Von Trier (dicho sea paso el
cineasta acaba de comenzar a rodar un nuevo filme y no respetará los
mandamientos del Dogma, según anunció), pero indudablemente el mensaje fue
más bien contundente.
Basta comprobarlo con el memorable montaje al inicio de la ceremonia con
Billy Cristal metiéndose en varios filmes y conversando con personajes
célebres como Chaplin, el Travis Bicke de Robert de Niro en Taxi Driver, o
con el Vito Corleone de Marlon Brando en El Padrino, por citar solamente
algunos ejemplos.
Hollywood subrayó, por lo tanto, que está abierta a todas las manifestaciones
del arte de modelar cine. Que seguirá aceptando las superproducciones pero
que está muy atenta a otras variantes provenientes del cine independiente (el
caso de la cineasta Kimberley Peirce y Los muchachos no lloran; el
caso de Spike Jonze y su Quieres ser John Malkovich? por ejemplo), pero
que seguirá patrocinando ese correo comunicativo entre la tecnología de
última generación (los efectos de The Matrix son verdaderamente
impresionantes) y toda la estructura cinematográfica, para lograr títulos
de inocultable impacto a nivel popular y con historias estupendamente bien
narradas.

Cecilia Roth como Manuela, y Eloy Azorin como
Esteban en una escena de "Todo sobre Mi Madre".
Del mensaje de los votantes se desprende, entonces, a partir de esta reciente
entrega de los Premios Oscar en el Shrine Auditorium que todo es válido siempre
y cuando tenga una grata resolución.
Belleza Americana, la gran vencedora, provoca en los espectadores
casi una mecánica de espejos y un claro fluir reflexivo. El arsenal tecnológico
y las corridas de Reeves y el resto en The Matrix apuestan a una
producción de adrenalina para el más auténtico sentido del espectáculo y
entretenimiento.