La playa del Chiringo se beneficia de la rinconada que produce la proximidad de la Sierra de la Ballena, por lo que en días en que el viento sopla del noroeste se está bien resguardado.
Es visitada preferentemente a media mañana y se evita la tarde ya que la caída del Sol la deja pronto en sombras.
Hace unos años conoció el furor de la moda y la movida puntaesteña, pero hoy día ha vuelto a la normalidad.
Resulta interesante visitar las grutas que hay muy cerca de allí, sobre la base de la Sierra de la Ballena, especialmente la más grande transformada hace muchos años en una disco y hoy recuperada como espacio público.