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La pureza técnica -obsesiva-, tan usada como pará ser un distintivo tradicional del surrealismo (baste recordar a Dalí), que engañosamente finge realismo extremo para advertirnos que éste no es suficiente, para llevarnos a otra realidad más allá de las apariencias.

Todo: tema, tratamiento y realización, confluyen en admirables obras de raigambre surrealista; porque a este artista no le basta la mera realidad, sino que distorcionándola nos conduce a otras realidades, o nos enfrenta a ellas.

A veces juega con el absurdo, otras con simulaciones de lo cotidiano, o con el juego desconcertante de unir elementos totalmente opuestos; también sabe sacar partido de imágenes culturalmente incorporadas, como asuntos de Miguel Angel, en juegos de referencias alumbradoras.

En fin: una inquietante muestra en la que el talento está al servició de una imaginación poderosa.

Ignacio Olmedo es presidente de la Comisión de apoyo al Museo Regional de Maldonado "R. Francisco Mazzoni".