Cuando uno reconoce el cartel de entrada a este museo privado no puede todavía imaginar que en esa pequeña sala exista una colección tan interesante de frutos del mar.
Perfectamente clasificados, ordenados y mostrados, este pequeño museo alberga una colección impresionante del más diverso origen de vida marina.
Caracoles de todos los tipos y tamaños, estrellas de mar, tortugas marinas, esqueletos de ballenas - existen dos, uno de unos cinco metros de largo, practicamente completo y otro de veinte metros -.
Se ha acondicionado un acuario, de mayor tamaño que esta sala, inaugurado en el verano 97/98, donde se encuentran fósiles de gran tamaño, el esqueleto de ballena de veinte metros al que hicimos referencia y erizos y caballitos de mar vivos, entre otras especies.
Resulta un paseo ideal para ir con chicos.
La manera más sencilla de llegar es cruzar el puente de La Barra y continuar derecho por la calle que allí nace siguiendo la cartelería que ha sido dispuesta a lo largo del camino.