Pozos Azules

Con una antigüedad aproximada de 500 millones de años, la Sierra de las Ánimas es de origen volcánico, llegando a una altura máxima de 501 metros sobre el nivel del mar en su cumbre, que fuera anteriormente Mirador Nacional.

Uno de los aspectos más llamativos y atrayentes del entorno de esta cadena montañosa, son los llamados pozos azules, conos de recepción de las aguas pluviales y de manantiales que circundan la zona.

Éstos, que los hay con profundidades de escasos centímetros hasta alrededor de 4 metros, deben esta denominación a la gran concentración de minerales en sus aguas, así como a la incidencia que tiene el color del cielo en sus reflejos.

La flora de la región es muy amplia. Pueden encontrarse vegetación típica de pradera en las faldas de los cerros, árboles y arbustos en sus laderas -coronillas, tala, tembetarí, entre otros-, predominando en las quebradas la vegetación de monte serrano o monte indígena.

En lo que refiere a fauna, se pueden encontrar varios tipos de serpientes venenosas -como la yarará o la cascabel-, diferentes caninos -zorrillos, zorros grises y colorados-, tatúes, gran variedad de arácnidos e insectos, guazubirás, y también jabalíes.